¿Han llegado las consultas virtuales para quedarse?
Cuando a finales del 2019 pensábamos que el 2020 sería un año increíble no nos referíamos a que pareciese una película del canal Sci-fi. Pero lo cierto es que el COVID-19 ha venido sin esperarlo, con los daños colaterales que supone para tantos negocios y provocando un impacto brutal en la economía.
La respuesta sanitaria ha sido lo más inmediata posible y a los que estamos en el área de la salud, como a tantos otros, nos ha tocado reinventarnos.
Si echamos la vista atrás probablemente podemos sentirnos orgullosos: las medidas de seguridad habituales, unidas a muchas otras nuevas, parecen haber surtido efecto, y las clínicas dentales no son el mayor foco de infección de la pandemia, ni de lejos.
En medio de la pandemia y después de mucha videollamada y webinar por instagram -no hemos estudiado ni hecho más deporte en la vida- aparece el concepto de las citas médicas virtuales. Ya existía en realidad, pero no con tanto ahínco. Ahora las grandes aseguradoras presumen en su publicidad de este servicio. ¿Por qué? Lo cierto es que en una sociedad tecnológica tener acceso a un contacto de este tipo es tranquilizador. Y dirás “es igual que una llamada”, ¡pero no! Por varias razones:
- Que el paciente vea a su doctor es tranquilizador.
- Es mucho más humano, aunque sea virtual, que una llamada de teléfono de voz.
- Es casi inmediato y evita desplazamientos, algo que te agradecerán.
- Reduces drásticamente la posibilidad de contagio, ¡pero ojo! el COVID-19 tenderá a desaparecer.
Luego la gran pregunta es ¿han llegado las citas virtuales para quedarse? Y la respuesta es evidente: Sí.
Las consultas virtuales son el presente y el futuro
Obviamente este tipo de citas no sirven para cualquier tipo de consulta, no vas a pegar ataches o hacer una endodoncia a través de la red. Pero las citas virtuales tienen una serie de ventajas que, más allá de las circunstancias actuales, son interesantes:
- Evitan tiempo de sillón. Una video-consulta nunca ocupa el mismo tiempo que una consulta normal.
- Es un buen modo de tratar urgencias leves, que en realidad no son urgencias.
- Hay consultas intermedias que se pueden hacer a través de esta vía y que son beneficios para ambas partes.
- Evitamos tiempos perdidos para el paciente y para nosotros. Para ellos es comodidad y, por tanto, un servicio complementario que van a agradecer.
Ventajas e inconvenientes
Pero hacer una video-consulta tiene muchas ventajas y algunos inconvenientes si no estamos bien organizados. Te contamos los secretos para organizar las video-consultas de una forma efectiva:
- Prepara una página dentro de tu sitio web exclusivamente orientado a esto, desde donde los pacientes puedan enviar sus fotos de una forma cómoda, con explicaciones claras para hacer el procedimiento sin impedimentos.
- Crea tarjetas o flyers para los pacientes con toda la información necesaria y un código QR que les lleve directamente a tu web, que servirá de apoyo para explicar al paciente que su siguiente cita es virtual, o que puede agendas unas de estas citas llamando a tu consulta, en caso de que le surja alguna urgencia.
- Envía al paciente un recordatorio 48 horas antes, recordando su cita virtual para que tenga tiempo de hacer las fotos y enviar los registros.
- Dentro de esta web, deja que el paciente elija a la persona con la que tiene la consulta, y haz que a su doctor o higienista le llegue un email con las fotos para que tenga tiempo de revisarlas.
- Hay diferentes tecnologías para hacer esto efectivo: Invisalign tiene uno específico, pero tenemos el conocido zoom o algo tan cómodo como Google Meeting, para lo que solo necesitas un navegador y un enlace. Tú eliges.
- Crear un nuevo tipo de cita en tu programa de gestión, de manera que quede agendada como cualquier otra consulta.
En cualquier caso, lo que no hay que perder de vista, es que esto no deja de ser una cita y que, con sus limitaciones, merece tanta atención como una cita presencial. No te quedes atrás, ponte en marcha.